El ex campeón de peso semipesado de la Ultimate Fighting Championship (UFC), Jon Jones, ya no está imputado por los cargos de violencia doméstica presentados por la fiscalía del condado de Clark el pasado mes de septiembre, tras la detención de “Bones” a primera hora de la mañana a las puertas del MGM Grand de Las Vegas, Nevada.
En su lugar, Jones se declaró culpable de un delito menor de destrucción de la propiedad, según un informe de TMZ, que conlleva una multa de 25 a 250 dólares. El asediado luchador de artes marciales mixtas (MMA) deberá pagar una restitución e inscribirse en el asesoramiento para el manejo de la ira.
El juez también ordenó a Jones “no meterse en problemas”.
Tras su último encontronazo con la policía, que incluyó una frenética llamada al 911 de su prometida, Jessie Moses, Jones, de 34 años, prometió poner fin a su relación con el alcohol. En las semanas siguientes, “Bones” también pondría fin a su relación con Mike Winkeljohn y la MMA de Jackson en Albuquerque.
Se espera que Jones haga su debut en el peso pesado de la UFC en algún momento a mediados de 2022.