Pero la firma de un nuevo contrato por parte de Silva no resuelve la cuestión que rodea el futuro de César Azpilicueta, Andreas Christensen y, sobre todo, Antonio Rudiger.
Desde este mes, los tres jugadores son libres de negociar un precontrato con clubes extranjeros debido a que sus contratos expiran.
Rudiger sigue siendo una pieza fundamental en la defensa de Thomas Tuchel, pero está por ver por cuánto tiempo más.
Rudiger marcó el único gol del partido en la victoria del martes ante el Tottenham (1-0), en la que el Chelsea pasó a la final de la Carabao Cup con un global de 3-0.
Los Blues esperarán ahora pacientemente para saber a quién se enfrentarán en la final de Wembley en febrero, ya que la eliminatoria entre el Liverpool y el Arsenal aún no está decidida.
Tras el partido, Tuchel admitió que hay incertidumbre en el equipo sobre el futuro de Rudiger en Stamford Bridge.
“Todo el mundo sabe que hay muchos “si”, vamos a esperar cuál será la realidad”, dijo Tuchel tras la contienda.
“Tenemos cosas que ofrecer. Es un jugador del entorno del Chelsea y creo que lo conoce bien”.
Rudiger llegó al club en 2017 procedente de la Roma de la Serie A y ha llegado a disputar 177 partidos con el club.
Firmar nuevos contratos con los jugadores debe seguir siendo una prioridad para Tuchel para evitar que el técnico alemán tenga que desembolsar millones de libras para reemplazarlos la próxima temporada.
Por no hablar del hecho de que las nuevas llegadas se verían obligadas a adaptarse rápidamente, lo que a su vez, podría alterar el flujo defensivo del equipo.
Tanto Azpilicueta como Christensen han entrado y salido del equipo durante el mandato de Tuchel y han demostrado ser miembros valiosos para el equipo en varios momentos.
El Chelsea viaja el sábado para enfrentarse al campeón de la Premier League, el Manchester City, sabiendo que, siendo realistas, sólo una victoria será suficiente para mantener las esperanzas de luchar por el título.
Pero, al menos por ahora, la saga de los contratos continúa.