Conor McGregor quiere justicia.
Y puesto que las fuerzas del orden locales aún no han dado con un sospechoso ni han realizado ningún arresto en el ataque con bomba incendiaria del pasado mes de enero en el Black Forge Inn -propiedad y gestión del excampeón “Notorious”- McGregor está tomando el asunto en sus propias manos.
Con un poco de ayuda de sus pulcros “yum yums”.
“¡Hola chicos! Tengo una recompensa de 50 mil dólares en efectivo en los 100 billetes crujientes sin tocar”, escribió McGregor en Instagram. “Ni una arruga en ellos. Los dorsos verdes sin arrugas. Los llamo yum-yums. Para quien nos diga quién es esta cabecita de pollo deli. El andar, el correr y la complexión escuálida todo muy característico. No se dirá nada, pero se hará. Llegar a quien puede llegar a mí. Espero hacer negocios”.
McGregor publicó imágenes de las cámaras de seguridad de la Forja Negra en las que aparecía una figura sombría la noche del ataque. Desafortunadamente para los detectives de la web que buscan algo de dinero rápido, la publicación original de Instagram y las correspondientes imágenes de vídeo han sido borradas desde entonces.
¿Quizás se llegó a un acuerdo?
“Vaya que fue rápido”, escribió McGregor en un post de seguimiento, que también ha sido borrado. “Muchas gracias Buen Samaritano”.
Nadie resultó herido y ninguna propiedad fue dañada en el ataque.
McGregor (22-6) se está recuperando actualmente de una pierna rota sufrida en su derrota en el UFC 264 ante su rival de peso ligero Dustin Poirier y no se espera que haga su regreso al octágono hasta algún momento a finales de este año, a la espera de la autorización médica (principios de otoño es el último rumor).
Hasta entonces, se esperan más fotos de “mírame” (como estas) que anuncian su regreso a finales de 2022.