Siempre iba a llegar un momento en el que la mayoría de la «vieja guardia» del Barça dejara de ser la primera opción en sus respectivas posiciones.
Que sea Xavi quien haya relegado al banquillo a sus antiguos compañeros Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergi Roberto no debería ser una sorpresa.
Demuestra la fuerza de carácter que se necesita para triunfar en el puesto, y es poco probable que un ex jugador de tal categoría sea cuestionado por sus selecciones, al menos no en los primeros compases de la campaña.
Además, el once inicial contra el Valladolid fue muy propio de Xavi, tanto en términos de personal como de estilo de juego, y el incesante ataque de la primera media hora fue lo mejor que hemos visto en un equipo del Barça desde hace tiempo.
Robert Lewandowski es el centro de atención obvio, aunque es la industria del mediocampo trabajador y la creatividad de los dos hombres de banda lo que va a causar todo tipo de problemas a las defensas rivales esta temporada.
Raphinha y Ousmane Dembele fueron imparables por momentos, con su mezcla de increíble control de cerca y velocidad que puso patas arriba a la defensa del Valladolid.
Sergio Busquets sigue siendo el director de orquesta y entra en el once titular por méritos propios, por ahora. Su forma de jugar, tranquila y educada, unida a sus años de experiencia, es el acompañamiento perfecto para las carreras de Gavi hacia adelante y los toques mágicos de Pedri.
El segundo gol fue una maravilla, y sin duda es una muestra de lo que está por venir, a medida que los jugadores se van acostumbrando a los movimientos de los demás.
Aunque la línea defensiva de Kounde, Araujo, Balde y Eric no tuvo mucho que hacer, cuando se les exigió, todos estuvieron a la altura del desafío.
Habrá pruebas mayores por delante, por supuesto, sin embargo, tendrá que ser un rival muy bueno el que consiga superar constantemente a esa zaga.
En el aspecto aéreo y en el de la cubierta, se mostraron más que acertados contra La Pucela, a pesar de un tiro libre en la primera parte y una media ocasión en la segunda.
Y pensar que Xavi podía seguir llamando a jugadores de la talla de Franck Kessie, Pierre-Emerick Aubameyang, Ferran Torres, Frenkie de Jong, Memphis Depay (quizás no por mucho tiempo), Ansu Fati y el mencionado trío de Alba, Piqué y Roberto desde el banquillo cuando fuera necesario.
Es un abanico increíble de suplentes que evidencia la fuerza en profundidad que poseen ahora los catalanes.
Al fin y al cabo, no hace tanto tiempo que se recurría a Jutgla, Abde e Ilias como salvadores.
¡Qué rápido cambian las cosas!