GLORY 80 tuvo un final abrupto (y prematuro) el sábado, justo en medio de la revancha de kickboxing entre los rivales de peso pesado Arkadiusz Wrzosek y Badr Hari, cuando los aficionados sin camisa se pusieron a trabajar por su cuenta y comenzaron un disturbio en el ring, con botellas de agua en el aire y sillas voladoras.
Como resultado, los organizadores del evento se vieron obligados a tirar la toalla.
«Nos entristece profundamente que estas acciones irresponsables hayan arruinado la noche de todos: desde los luchadores, hasta los espectadores, pasando por los 7.000 aficionados y el personal y los socios de GLORY que participaron en el Trixxo Arena, con las entradas agotadas, que se suponía que era parte de una noche especial», según el comunicado oficial de la promoción. «Estos individuos trataron de empañar la imagen del deporte que nosotros y millones de aficionados de todo el mundo amamos y cuidamos. Este tipo de comportamiento no tiene cabida en nuestro deporte ni en nuestros eventos.»
El combate entre Wrzosek y Hari fue calificado como «No Contest» y el acto principal en el que se enfrentaban Jamal Ben Saddik y Levi Rigters se canceló por completo. Más tarde, Hari culpó a un «pequeño grupo de gamberros» leales a Wrzosek del incidente de la cancelación del combate y acusó a «Hightower» de consentir la «actitud peligrosa» de sus seguidores.
He aquí la razón:
GLORY insiste en que el comportamiento no quedará impune.
«Durante los próximos días, GLORY llevará a cabo una investigación completa sobre este incidente junto con las autoridades locales», continúa el comunicado. «Tomaremos todas las medidas necesarias y aplicaremos las sanciones más estrictas, incluyendo acciones legales, a cualquiera que haya participado, directa o indirectamente, en cualquier mala conducta».
Aquí hay un par de ángulos diferentes:
Se espera que los aficionados que pagaron para transmitir el pago por visión (PPV) truncado tengan respuestas para el fin de semana.
