Con un récord de 6-2 al entrar en la semana 10 de la temporada 2021, una de las principales razones del reciente éxito de los Baltimore Ravens ha sido su producción y explosividad en la ofensiva.
Dejando a un lado las actuaciones del mariscal de campo Lamar Jackson, que está jugando un fútbol de calibre MVP, los Ravens están disfrutando de la temporada de irrupción de su receptor de tercer año Marquise «Hollywood» Brown – que está emergiendo rápidamente como uno de los creadores de juego más temidos de la NFL.
En nueve semanas de fútbol americano de la NFL, Brown ocupa el sexto lugar en la liga en yardas de recepción con 682. Le faltan sólo 87 yardas para alcanzar el récord de su carrera de 791 yardas recogidas en su campaña de segundo año. La estadística habla por sí sola de lo productivo que ha sido Brown en lo que va de la temporada como objetivo principal de Lamar Jackson, ya que su marca de participación en el porcentaje de yardas aéreas del equipo ocupa el 12º lugar en la NFL (35,9%).
Aunque Brown no se encuentra entre los mejores receptores de pases desde el punto de vista de las yardas después de la recepción, ha consolidado su estatus como una de las mejores amenazas profundas de la liga. El ex seleccionado en primera ronda ocupa el séptimo lugar en el promedio de yardas aéreas por objetivo (14,6). El hecho de que Brown haya sido capaz de convertir estas oportunidades en la segunda mayor cantidad de jugadas de más de 20 yardas de recepción en la NFL certifica que «Hollywood» es una amenaza profunda de élite.
El ex receptor de pases de Oklahoma mostró muchos destellos en sus dos primeras temporadas en la liga, pero nunca fue capaz de encontrar la consistencia semana a semana que finalmente ha encontrado esta temporada. En 2021, Brown ha sido capaz de conseguir al menos 80 yardas de recepción o un touchdown en seis de los ocho partidos. Aparte del puro desarrollo para un jugador en su tercera temporada, otra razón importante de su éxito podría atribuirse a la decisión tomada por los Ravens de invertir en receptores físicos. Esto ha quitado presión a Brown y lo ha puesto en posición de elevar sus puntos fuertes.
Desde 2019, el año en el que fue reclutado, los Ravens nunca han tenido un receptor X confiable para poner al lado de Brown, siendo el tight end Mark Andrews el único otro receptor de pases confiable de abajo hacia arriba. Debido a su menor tamaño, enfrentarse constantemente al mejor cornerback de la oposición limitaba el techo de Brown, ya que su conjunto de habilidades está mejor diseñado para crear el caos desde la ranura o cuando se alinea como receptor Z. Definitivamente no es una coincidencia que Brown esté disfrutando de su mejor temporada después de que Baltimore incorporara a Sammy Watkins y Rashod Bateman esta temporada baja. Ambos jugadores son receptores de pases de gran cuerpo que atraen la atención de los cornerbacks número 1, dando a «Hollywood» la oportunidad de crear daño y jugadas explosivas.
El veterano Willie Snead fue diseñado para adoptar ese rol en las últimas dos temporadas, pero la inconsistencia y el talento general no lo hicieron tan valioso para la ofensiva como Watkins o Bateman. Hasta ahora, han ayudado al juego de pases de manera importante al darle más equilibrio y crear más espacio.
Este año, los entrenadores ofensivos de Brown (Greg Roman, Keith Williams, Tee Martin) han expresado con frecuencia durante las conferencias de prensa su alegría al ver que Brown por fin ha podido encontrar consistencia y elevar su juego. El propio «Hollywood» citó la palabra «consistencia» como la clave de su reciente éxito. También ha sido un factor importante el hecho de poder mantenerse alejado de las lesiones. Sin embargo, tanto Roman como Martin han dicho que Brown ha dado realmente un paso adelante en su proceso de desarrollo al prestar más atención a los detalles y expresar el deseo de trabajar realmente en sus debilidades e inconsistencias.
Después de que Brown fuera criticado por dejar caer tres touchdowns potenciales en la Semana 3 contra los Lions, el receptor se recuperó de una manera importante – mostrando una madurez impresionante y la voluntad de volver a la pista después de una actuación inestable. Su explosión puede ser vista como una mezcla de múltiples factores que se juntan: su madurez como jugador, la voluntad de trabajar en los detalles y jugar en un juego de pase más equilibrado que está ayudando a Brown a elevar su conjunto de habilidades.
La química de Brown con Lamar Jackson está mejorando partido a partido y cuando se dirige a su rápido receptor (que también es el autor de la 14ª jugada más rápida de la NFL hasta el momento, alcanzando 21,33 MPH en su touchdown de 49 yardas contra los Broncos) Jackson está recogiendo un sólido índice de pasador de 115,7, mientras que en general Brown ha convertido sus 69 objetivos en 46 recepciones, 682 yardas de recepción, seis touchdowns y sólo tres caídas.
Brown tiene una oportunidad legítima de terminar como un receptor abierto Top-10 desde el punto de vista de las yardas de recepción al final de la temporada. Para añadir más contexto a su impresionante campaña, Brown está a punto de batir la marca del equipo de más yardas de recepción en una sola temporada. Es en línea para producir 1450 yardas de recepción, una marca que rompería el récord de Michael Jackson de 1201 yardas de recepción recogidas durante la campaña de 1996.
Dejando de lado las estadísticas, Brown finalmente ha florecido en el arma que los Ravens necesitaban desesperadamente que se convirtiera cuando lo reclutaron en la primera ronda del draft de 2019.
