La entrega de una tarjeta roja del árbitro al jugador puede ser la imagen recurrente más insultante en el deporte. Nos hemos acostumbrado a ver cómo se administra el penalti: el brazo cortando en el aire presentando un color diabólico a un jugador cuyo día se desmorona inmediatamente. Sin embargo, a menudo hemos sido testigos de un acto que nos permite sentir que este castigo es merecido.
¿Pero qué pasaría si vieras la tarjeta roja y no tuvieras la oportunidad de comprender la falta cometida? ¿Qué pasaría si vieras a un jugador agacharse con dolor físico, a lo que la respuesta del árbitro fuera una expulsión? Sé que estaría confundido. También sé que me confundo a menudo, así que soy un mal barómetro.
Si conoces el nombre de Lee Todd, entonces conoces esta historia. Creo que recibió una sentencia dura por un acto que, en el peor de los casos, representa una respuesta muy natural, aunque ligeramente grosera. En el mejor de los casos, es divertidísimo. Confíe en mí. Echa un vistazo al último episodio de Weird Rules y creo que estarás de acuerdo.