Edwards está considerado como uno de los mejores directores deportivos de Europa y ha confirmado que dejará el Liverpool cuando su contrato expire el próximo verano.
El directivo de 42 años llegó a Anfield en 2011 como analista jefe del club y cinco años después fue ascendido a su actual cargo.
Como director deportivo, Edwards ha supervisado los fichajes entrantes y salientes en Merseyside y se ha labrado una formidable reputación por sus astutas gestiones en el mercado.
Edwards negoció la tarifa de 142 millones de libras para vender a Philippe Coutinho al Barcelona en 2018, la cifra más alta que un club británico ha recibido por un jugador.
Días antes había pagado poco más de la mitad de esa cifra para captar a Virgil van Dijk del Southampton.
Edwards también se ha encargado de llevar a Mohamed Salah, Sadio Mane y Diogo Jota a Anfield.
Y también ha vendido a jugadores de la talla de Mamadou Sakho, Dominic Solanke y Rhian Brewster por un precio posiblemente muy superior a su verdadero valor de mercado.
Con Edwards saliendo de Anfield, el Newcastle podría abalanzarse y llegar a un acuerdo para llevarlo al noreste.
Pero Howe dice que no tiene ni idea de cuáles son los planes de Edwards.
«Hasta donde yo sé, absolutamente no», dijo Howe cuando se le preguntó si el director deportivo podría trasladarse a Newcastle.
«No sé nada sobre el futuro de Michael Edwards. Es alguien a quien respeto enormemente en el juego: lo que hace y lo que ha hecho en el Liverpool.»
Si el Newcastle pudiera atraer a Edwards a St James’ Park, podría ser el nombramiento que necesitan para construir una plantilla de élite que pueda competir eventualmente en la parte alta de la tabla de la Premier League.
«Formar parte de este club durante este periodo ha sido un privilegio por la gente con la que he tenido la suerte de trabajar y por el éxito que hemos tenido», dijo Edwards el miércoles al confirmarse su salida de los Reds.
«Siempre había planeado limitar mi tiempo en el club a un máximo de 10 años. Me ha encantado trabajar aquí, pero soy un gran creyente en el cambio.
«Creo que es bueno para el individuo y, en un entorno laboral, también para el empleador.
«Durante el tiempo que llevo aquí hemos cambiado muchas cosas (espero que para mejor) pero alguien nuevo aporta una perspectiva diferente, nuevas ideas y puede, con suerte, construir (o cambiar) las cosas que se han puesto en marcha antes.»
