En las últimas temporadas, Mané, Salah y Roberto Firmino, cuya lesión en los isquiotibiales le dejó fuera de la contienda en el estadio londinense, han volado por el West Ham en la capital: la última vez que perdieron contra los Hammers en la Premier League fue en enero de 2016.
Salah está arrasando en la carrera por la bota de oro de la Premier League y podría decirse que se afianzó como el jugador más en forma del planeta tierra. Desafortunadamente para los Reds, cuando Salah no puede encontrar el camino, no tienen muchos otros que puedan hacerlo.
Y es lo único que Pep Guardiola y Thomas Tuchel tienen sobre el ex entrenador del Borussia Dortmund. Jack Grealish ha comenzado dos de sus últimos cuatro partidos de la Premier League en el banquillo, donde le acompañó Raheem Sterling, el mismo jugador en el que confía Gareth Southgate por delante de la antigua estrella del Aston Villa.
Mientras tanto, en el oeste de Londres, el Chelsea se ha quedado sin delanteros por valor de 150 millones de libras, y aun así ha sido capaz de desplegar a Kai Havertz, de 71 millones de libras, en su lugar. Klopp ha obrado milagros durante su estancia en Anfield, pero incluso él debe echar alguna que otra mirada de envidia a sus rivales.
El único fichaje del verano del Liverpool fue el del defensa Ibrahima Konate, valorado en 36 millones de libras, y Klopp apenas ha recurrido a la antigua estrella del RB Leipzig. Incluso se ha sugerido que el francés, de 22 años, debería haber estado en la zaga para hacer frente a las perfectas jugadas a balón parado del West Ham.
El mes de enero será un periodo crucial para los hombres de Klopp, como lo fue la temporada pasada. A pesar de la lesión de Virgil Van Dijk, que puso fin a la temporada, el Liverpool afrontó la avalancha de partidos de diciembre de forma admirable, con tres victorias y tres empates.
Pero su falta de profundidad de plantilla quedó espectacularmente expuesta en enero, y para cuando llegó marzo, los hombres de Klopp habían perdido ocho de sus últimos 12 partidos. El pánico se apoderó del Liverpool, que trajo a la desesperada a Ozan Kabak, cedido por el Schalke, e incluso fichó a Ben Davies, del Preston North End, que no llegó a jugar ni un solo minuto con los Reds.
Y la falta de profundidad del Liverpool no ha mejorado demasiado desde la desastrosa defensa del título de la temporada pasada. Puede que Konate haya tapado un hueco en la defensa, pero el excepcional estado de forma de Salah no ha hecho más que tapar las grietas del resto de la plantilla.
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Cuando el Liverpool perdía por 3-1 ante el West Ham, las mejores opciones de ataque de Klopp en el banquillo eran Divock Origi, que no marcó ni un solo gol en la Premier League la temporada pasada, y Takumi Minamino, que solo ha visto puerta en tres de sus últimos 31 partidos en la Premier League.
Aunque Origi redujo a la mitad la desventaja con un gol espectacular, sus llegadas a la contienda no provocaron un silencio de ansiedad en torno a la estridente afición de los Hammers.
El factor miedo del Liverpool disminuye cada minuto que Salah, Mané y Firmino no han encontrado la red. El West Ham salió volando con el primer gol, y se fue confiando a medida que avanzaba el partido.
Los mejores equipos de la Premier League no solo derrotaron a los equipos en el túnel, sino que también encontraron la forma de ganar desde el banco de suplentes.
Sir Alex Fergsuon tuvo a gente como Ole Gunnar Solskjaer y Teddy Sheringham durante los años de gloria del United.
No eran los mejores jugadores del mundo, pero sus piernas frescas y su habilidad suprema para encontrar la red en las fases más cruciales, hicieron que tuvieran un factor de miedo similar al de los jugadores desplegados por delante de ellos. Y aquí es donde el equipo de Klopp tiene graves carencias.
El mes de enero podría ser una ventana de fichajes crucial para los Reds, que se enfrentan a Arsenal, Southampton, Everton, Wolves, Aston Villa, Newcastle United, Tottenham, Leeds y Leicester City antes de que se abra el mercado de invierno.
El mes de diciembre es un periodo frío e implacable en el fútbol, en el que se descarrilan las temporadas y se producen lesiones.
Los planes de contingencia y los fichajes deben estar enfocados en enero, de lo contrario el excepcional estado de forma de Salah podría no contar para nada.
