Y ahora, como entrenador de sus rivales londinenses, los Spurs, Conte tiene munición. Esto fue una prueba concreta de que necesita nuevas contrataciones. Y rápido.
Al fin y al cabo, es imposible que Conte haya aceptado este trabajo sin garantías de gasto apenas unos meses después de haber sido expulsado del Inter de Milán por falta de financiación.
Sin embargo, a los cinco días de la ventana de transferencias, ha habido pocas señales de movimiento en el Tottenham a pesar de tener una plantilla evidentemente decepcionante y poco inspiradora.
La calamitosa actuación de los Spurs en la primera parte del partido de ida de las semifinales de la Copa Carabao sugiere que el Tottenham necesita al menos seis nuevos jugadores. Tal vez más.
La joya sin pulir Japhet Tanganga parecía estar fuera de juego, mientras que Davinson Sánchez y Ben Davies no parecen capaces de jugar 90 minutos sin cometer un error. Ni siquiera el trío de zagueros puede proporcionarles suficiente protección.
Matt Doherty, jugando en la banda equivocada y girando repetidamente de manera poco ortodoxa para recibir y pasar el balón con su fuerte pie derecho, fue una causa perdida en el lateral izquierdo, mientras que Emerson Royal desfiló por el canal derecho como un pollo sin cabeza.
Su llegada de 20 millones de libras desde el Barcelona este verano -un acuerdo respaldado y negociado por Paratici- no llenará de confianza a Conte. De hecho, podría decirse que ha hecho más difícil la tarea que tiene entre manos.
Un año antes de la llegada del brasileño, Levy fue elogiado por haber traspasado a Kyle Walker-Peters al Southampton a cambio de Pierre-Emile Hojbjerg, pero tras su actuación como hombre del partido contra los Spurs la semana pasada, el inglés podría entrar sin problemas en el equipo de Conte.
Esto es una acusación condenatoria de los fallos del club en las últimas ventanas de transferencia y su incapacidad para evolucionar después de Mauricio Pochettino.
También Levy quiso empujar a Kieran Trippier hacia la puerta de salida tras la derrota en la final de la Liga de Campeones de 2019 ante el Liverpool, después de una turbulenta campaña individual.
El Newcastle se ha asegurado ahora una ganga por solo 12 millones de libras e, irónicamente, el campeón de la Liga de 31 años es otro jugador que parece perfecto para los Spurs de Conte, que siguen operando con laterales.
A su favor, Oliver Skipp ha estado brillante, Hojbjerg parece necesitar desesperadamente un período prolongado de descanso y, aunque Harry Winks ha mejorado innegablemente, las opciones del Tottenham en el centro del campo son sombrías mientras Tanguy Ndombele sigue desmotivado y fuera de juego.
Susúrralo en voz baja, pero incluso Harry Kane no tiene el mismo nivel de impacto en los partidos de fútbol que antes. Ahora pasa como un fantasma por los partidos.
Aquí prácticamente no ha existido -aunque sí que ha estado falto de servicios-, pero se trata de una semifinal y de la oportunidad de ganar un primer trofeo con el Tottenham. Un partido en el que no puede permitirse el lujo de esconderse o irse en silencio.
Los Spurs sopesan un golpe de efecto en verano por Dusan Vlahovic, de la Fiorentina, y si el dinero está ahí para gastarlo, podría ser justo lo que el Tottenham necesita para dar vida a su ataque.
Sin embargo, dado que el prolífico serbio puede costar más de 60 millones de libras, Conte se preguntará si es mejor gastar ese dinero en otros departamentos que necesitan mejorar.
En cualquier caso, además de una derrota en el último minuto ante el modesto Mura esloveno, este fue el partido que llevará a Conte a sus límites.
Este fue el partido que realmente pondrá a prueba el compromiso de Levy y Paratici de respaldar a su entrenador.
