Muchos expertos y aficionados creían que el club debía aprovechar la ventana de fichajes de enero para reforzar sus filas mientras se disputaba la Copa de África.
¿Cómo se las arreglarían sin dos tercios de su legendaria delantera?
Era una pregunta razonable, teniendo en cuenta que Salah y Mané han aportado 33 goles y 10 asistencias entre ambos en lo que va de temporada.
Pero, como se ha convertido en una marca registrada en los últimos años, el Liverpool no entró en pánico. No hubo una carrera loca en busca de un delantero capaz de suplirlo, y ahora parece muy probable que los Reds terminen el mes sin fichar a ningún nuevo jugador.
Esto es totalmente coherente con la filosofía del club bajo los propietarios Fenway Sports Group y el director deportivo Michael Edwards, que han abogado por un enfoque medido y analítico de la contratación.
En el verano se oyeron ruidos similares cuando los seguidores se preocuparon de que la sola llegada de Ibrahima Konate no fuera suficiente para sostener al equipo de Klopp, especialmente con la salida de Gini Wijnaldum al París Saint-Germain en una transferencia gratuita.
Y aunque el Liverpool no ha seguido el ritmo feroz del Manchester City en la cima de la Premier League, es difícil argumentar que no ha adoptado el enfoque correcto en el mercado de fichajes.
Si se echa un vistazo a la situación del año pasado por estas fechas, se podrá convencer a los aficionados de que su situación actual es mucho mejor.
Las lesiones de Virgil van Dijk y Joe Gómez -y la continua presencia intermitente de Joel Matip- habían vaciado las opciones del Liverpool en el centro de la defensa y empujaron a Nat Phillips y Rhys Williams al centro de atención.
En ese momento llegaron Ozan Kabak, cedido por el Schalke de la Bundesliga, y Ben Davies, del Preston de la Championship.
Kabak disputó 13 partidos, pero le costó adaptarse al ritmo de la Premier League y ahora se encuentra en el Norwich, mientras que, un año después, Davies todavía no ha aparecido en el club y está cedido en el Sheffield United.
Hace un año, el Liverpool estaba en crisis, acosado por las lesiones y lastrado por las repercusiones financieras de la pandemia de coronavirus.
Avancemos hasta el día de hoy y se encuentran mucho más tranquilos. A pesar de no contar con los ausentes de la AFCON, el Liverpool ha empatado dos y ganado cuatro de sus partidos durante el mes de enero, y ha llegado a la final de la Carabao Cup.
Para cuando llegue su próximo partido de la Premier League, contra el Leicester el 10 de febrero, habrán recuperado a Salah, Mané y Keita, así como a Harvey Elliott y Thiago Alcántara.
Como esperaba el Liverpool, otros han dado un paso adelante sin Salah y Mané: Fabinho ha marcado cuatro veces, incluidos dos penaltis, Alex Oxlade-Chamberlain y Diogo han marcado dos veces, mientras que Roberto Firmino y Takumi Minamino han marcado una vez cada uno.
El método del Liverpool para ganar puede no haber sido tan emocionante como uno basado en la utilización de la ventana de transferencia de enero, pero es innegable que ha sido eficaz.
Como ha explicado en muchas ocasiones el propio Klopp, enero no es el momento ideal para hacer negocios. Por lo tanto, el Liverpool prefiere evitar hacerlo, a menos que sea absolutamente necesario.
En su lugar, han mantenido la pólvora seca, han evaluado el mercado y han puesto toda su atención en ganar en el terreno de juego, mientras mantienen medio ojo en el verano, cuando bien podrían llegar nuevos jugadores.
Puede que no sea un enfoque llamativo, pero ha demostrado ser un enfoque sensato y de bajo perfil exitoso este mes.
