La selección masculina de Estados Unidos está clasificada para los octavos de final de la Copa del Mundo y fue su jugador de más alto perfil el que marcó el gol que los llevó hasta allí. Con la entrega de su cuerpo y el posible sacrificio del resto del torneo, Christian Pulisic ha asegurado su lugar en el folclore de la USMNT con su heroicidad en la victoria por 1-0 sobre Irán.
Mientras el resto de sus compañeros celebraban con júbilo su clasificación para los octavos de final, la estrella estadounidense iba camino del hospital tras sufrir una lesión abdominal al lanzarse a por el balón para marcar el único gol del partido.
Apodado el niño de oro del fútbol estadounidense desde los 16 años, este momento fue la culminación del trabajo duro y del destino. Las pruebas y las tribulaciones no faltaron en el camino. Su cuerpo arrugado fue la imagen emblemática de los fracasos de Estados Unidos en el último ciclo de la Copa Mundial, pero ahora es el responsable del momento más importante de la trayectoria del equipo en Qatar hasta el momento.
Incluso después de marcar el único gol en el empate a uno con Gales en el primer partido de la fase de grupos, Pulisic estaba recibiendo críticas por no ser más influyente en el ataque del equipo. No es raro que el delantero sea puesto bajo el microscopio de los críticos. Es un imán constante para los juicios, tanto en el ámbito del club como en el internacional. Aunque su consistencia para producir puede ser debatida, cada vez está más claro que Pulisic tiene un don para aparecer cuando más importa.
Volar hacia la portería y entregar su cuerpo para marcar el gol de la victoria contra Irán es sólo el último momento de heroicidad que ha mostrado en partidos importantes. Fue el penalti de Pulisic contra México en la final de la Nations League del año pasado el que les hizo ganar esa competición. También es fácil olvidar que marcó un gol decisivo en el partido de Trinidad y Tobago en Couva, que dio a Estados Unidos la oportunidad de volver a meterse en el partido, pero que al final se quedó corto. Cuando Estados Unidos necesita un momento de magia en las grandes ocasiones, Pulisic ha estado a la altura de las enormes y a veces irrazonables expectativas puestas en él.
Las comparaciones con Landon Donovan y Clint Dempsey como el mejor jugador de la historia de la USMNT han seguido a Pulisic durante toda su carrera. Es en este tipo de momentos donde la selección necesita que sus jugadores estrella causen impacto. Donovan tuvo sus momentos de cuento en 2002 y el famoso gol contra Argelia en 2010. Dempsey es el único estadounidense que ha marcado en tres mundiales diferentes. Este fue el primer gran momento de Pulisic en el escenario más grande, pero fue uno que lo pone al nivel de esos dos grandes jugadores con mucho tiempo para superarlos.
Nadie sabe lo que le depara el futuro a Christian Pulisic, tanto a largo plazo en su carrera como en lo que respecta a este Mundial, ya que está siendo evaluado por una lesión. Pero una cosa está quedando bastante clara, si hay un momento importante en el que Estados Unidos necesita que un jugador estrella dé un paso adelante, él está dispuesto y es capaz de hacer lo que sea necesario para asegurarse de que ese jugador sea él.
